martes, 10 de junio de 2014
Me pasé un par de días tranquilo, paseando por Madrid, tomando el sol y
probando comidas típicas, me hice adicto al jamón y a la cafetería California,
me acostumbré a andar pausado y hacer compras en las mejores casas de ropa.
Pasaron esos días entre que me reponía de los golpes recibidos y cambiábamos
billetes de 5000 pesos como si fueran de juguete. Adoptamos un método.
Llevábamos al banco 20.000 pesos por día y ese monto lo cambiábamos un 30 por
ciento en pesetas y el resto en dólares.
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