viernes, 16 de mayo de 2014

Repartimos la plata que llevábamos en dos paquetes y en cuatro partes iguales y las pusimos en unas bolsas de trajes que habíamos llevado especialmente. Las colgamos en el placar, nos vestimos y bajamos al lobby para ir a cenar. Cada uno llevaba 50.000 pesos para cambiar, consultamos en la conserjería y nos dijeron que podían hacernos el favor de cambiarnos ese dinero, nos pagaban un poco menos pero no había una diferencia importante, aunque fuera mucha plata. No podemos gastarnos esto en una noche le dije a mi hermano. Me hizo una seña y entendí que estaba de acuerdo. Él había cambiado lo suyo por dólares y yo mis pesos por escudos, esos, los míos estaban destinados a volar.

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